Para hablar de Aprendizaje Autoridirgido debemos primero sacudirnos el estereotipo que nos ha sido impuesto desde que los adultos responsables de nosotros como menores de edad decidieron que era necesario que ingresáramos a una escuela para que alguien más nos educara. No hay que culparlos, ya que a ellos también se les inculcó que la manera correcta de educar al ser humano para ser exitoso, o al menos funcional en la sociedad, es a través de la educación compulsiva. La sociedad se ha encargado de hacernos replicar lo impuesto sin cuestionar que esto no siempre fue así. En el pasado, la educación podía darse en casa, a través de tutores y mejor aún: basando el aprendizaje en el interés y el talento de quien iba a aprender.

Siempre he dicho que el aprendizaje le pertenece al individuo y que éste tiene sus propios valores, metas y métodos que facilitarán que lo que estudia le sea significativo, lo cual permite que ese conocimiento se convierta en aprendizaje de largo plazo.

Con esto quiero decir que el aprendizaje es intrínseco del ser humano, es decir, cuando ha habido aprendizaje significativo es porque ha sido, a veces sin quererlo, personalizado, viene del interés natural del individuo, conlleva una carga emotiva importante (satisfacción, placer, orgullo, etc) y además está a menudo relacionado con sus talentos.

Como sociedad hemos ido sepultando el gusto por aprender para transformarlo en una posición cómoda en la que un tercero debe hacerse cargo de nuestra educación.  Es por esto que, tras varios años de escolarización compulsiva, el hambre de conocimiento y el interés natural por aprender, que reconocemos en un chico durante la primera infancia, es remplazado por un gran desinterés por la lectura y la información nueva, gracias a que de manera obligatoria los hemos acostumbrado a consumir una gran cantidad de datos que deben ser memorizados temporalmente para aprobar un exámen. Exámen que mostrará una nota/etiqueta que le dirá a la sociedad que se está calificado para actuar en ella.   Es por esto que nos sorprende que alguien pueda ser exitoso aún y cuando haya sacado las mejores notas o cuando ha abandonado la escuela. Nos parece intersante e inspirador ver los casos de personas exitosas que abandonaron la escuela. Pero la reacción inmediata es: - ¡Claro, ellos pudieron porque son genios!

¿Y no será que se convirtieron en genios porque se concentraron en sus intereses intrínsecos y los convirtieron en un aprendizaje tan significativo que lograron llegar a donde están porque decidieron transformarlo en su talento?

Ojo que mi intención no es descalificar la escolarización ni a los docentes, finalmente yo soy parte del gremio. Simplemente quiero abrir una puerta a quienes buscan una alternativa a la educación sistemica debido a que no encuentran las respuestas que buscan en la educación tradicional.
Poco a poco estaré explicando a detalle qué es y cómo funciona el aprendizaje autodirigido, compartiré experiencias y presentaré opciones que se están dando alrededor del mundo.  

Sirva pues este blog para que encuentren alternativas que le sirvan al individuo / aprendiz que todos llevamos dentro.